España se prepara para acoger a millones de turistas, lo que no solo genera un impulso económico fundamental, sino que también representa un desafío considerable en términos de gestión de servicios y protección del medio ambiente.
Se espera que 41 millones de visitantes traigan consigo más de 59.000 millones de euros en ingresos, esenciales para la economía española. Sin embargo, este gran flujo turístico requiere que el país realice inversiones estratégicas para mitigar el impacto de la sobrepoblación en las zonas costeras.
Para enfrentar este desafío, España está incrementando su apuesta por el desarrollo de las ‘Smart Cities’ y ‘Smart Beaches’. Estas soluciones tecnológicamente avanzadas permiten una gestión más eficaz del voluminoso flujo de turistas, mejorando los servicios públicos y protegiendo los ecosistemas naturales de valor incalculable.
La incorporación de sistemas de Internet de las Cosas (IoT) en la administración de las playas es fundamental para esta transformación. Estos sistemas facilitan la monitorización en tiempo real de aspectos críticos, tales como la calidad del agua, la capacidad de las playas y la seguridad de los bañistas, optimizando así la respuesta ante emergencias y evitando la sobrecarga de los servicios esenciales.
La llegada masiva de turistas plantea un desafío importante para los servicios públicos, especialmente en términos de seguridad y atención sanitaria. Según Sancho Lerena, CEO de Pandora FMS y experto en IT y seguridad, “en España es cada vez más común la implementación de modelos de Smart Cities, especialmente en áreas altamente turísticas. Para ello, son esenciales sistemas de monitorización que compilen todos los datos y permitan analizar la situación en tiempo real”.
Estos sistemas tecnológicos permiten a las autoridades calcular flujos de personas y predecir la demanda de servicios, evitando así el colapso en áreas críticas. Con la monitorización de datos en tiempo real, se puede prever la cantidad de personas en un área específica, lo que facilita una mejor planificación y gestión de los recursos.
El uso de tecnologías inteligentes no sólo aumenta la eficiencia de los servicios públicos, sino que también es crucial para la protección del medio ambiente. Con el creciente turismo, es esencial evaluar el impacto de las actividades humanas en áreas naturales de alto valor. “Es una tendencia en crecimiento: la tecnología es necesaria para cuidar el medio ambiente”, señala Lerena.
En áreas como Canarias y Baleares, se han implementado sistemas de monitorización para observar la evolución y el desgaste de las playas, evaluar la calidad del agua y controlar la capacidad de las playas. En la Comunidad Valenciana y el País Vasco, se utilizan tecnologías avanzadas para mejorar la seguridad en las playas y monitorizar la evolución de las playas y paisajes naturales ante la afluencia de turistas, contribuyendo así a la protección del medio ambiente y a la gestión sostenible de estos espacios.
Con el turismo siendo uno de los principales motores económicos de España, la inversión en tecnologías para gestionar de manera inteligente las playas y ciudades turísticas continuará aumentando.
Estas herramientas no solo mejoran la experiencia de los visitantes, sino que también garantizan la sostenibilidad y protección de los recursos naturales.