Este reglamento tiene como objetivo la homologación de vehículos de motor, motores, sistemas, componentes y unidades técnicas independientes, y establece estándares para sus emisiones y la durabilidad de las baterías.
El Consejo ha logrado un equilibrio adecuado entre las estrictas normas de emisiones para vehículos y los esfuerzos adicionales de la industria, considerando la transformación hacia la producción de vehículos sin emisiones. Se mantienen los límites y pruebas existentes para vehículos ligeros, pero se reducen para vehículos pesados. La entrada en vigor se aplaza hasta 2027 para vehículos ligeros y 2029 para vehículos pesados.
Esta propuesta tiene como uno de sus objetivos equilibrar los costes de inversión para los fabricantes y mejorar los beneficios ambientales. Europa lidera en la producción de vehículos de baja emisión y alta calidad, y se busca seguir mejorando la calidad del aire.
Además, en la propuesta se incluye una disposición especial sobre autobuses urbanos para cumplir con el objetivo de cero emisiones de CO2 para 2030.
Tras su aprobación en la reunión ministerial de este lunes, el siguiente paso será su discusión en el Parlamento y la Comisión Europea.
Cabe destacar que la Unión Europea ha ido aumentando gradualmente las restricciones de emisiones de vehículos desde la primera regulación, llamada Euro 1, en 1992. Se estima que en el año 2035 se prohibirá en la UE la venta de vehículos nuevos que emitan CO2.