El Tribunal de Cuentas de la UE ha alertado de que el objetivo de reducir en un 55% las emisiones de gases de efecto invernadero en 2030 con relación a los niveles de 1990 está en peligro debido a la escasez de pruebas de que las acciones adoptadas sean suficientes para alcanzarlo.
Los auditores de la UE han afirmado que, probablemente, los Veintisiete no habrían alcanzado sus objetivos de eficiencia energética sin la reducción del consumo debido a la crisis financiera de 2009 y a la pandemia de Covid-19.
El informe también señala la falta de transparencia en cómo los Estados miembros cumplieron con sus objetivos nacionales a través de planes flexibles, ya que algunos no contribuyeron como se esperaba, mientras que otros compraron asignaciones de emisiones o cuotas de energías renovables a otros países que habían superado sus objetivos.
Joëlle Elvinger, la auditora responsable del informe, ha solicitado “más transparencia con respecto al rendimiento de la UE y de sus Estados miembros en las acciones climáticas y energéticas”, e insta a tener en cuenta “todas las emisiones de gases de efecto invernadero producidas por la UE, incluyendo las provocadas por el comercio, la aviación y el transporte marítimo internacionales”.
Los auditores han confirmado que los resultados obtenidos por la UE en la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero son “satisfactorios” comparados con los de otros países industrializados, pero alertan de que la Unión no tiene en cuenta todas sus emisiones, que son un 10% mayores si se contabilizan, como pide Elvinger, los gases emitidos por el comercio, la aviación y el transporte marítimo internacional.