Una expedición española liderada por expertos del Instituto Geológico y Minero de España (IGME-CSIC) y el Instituto de Ciencias del Mar (ICM-CSIC) se embarcará en una misión a la Antártida con el objetivo de localizar y analizar fugas de metano en el Océano Austral, según informa el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).
La iniciativa, denominada proyecto ICEFLAME, contará con un equipo de 26 personas, quienes partirán a bordo del buque oceanográfico Sarmiento de Gamboa el 12 de enero, y permanecerán en la misión hasta el 8 de febrero. Durante estos 24 días, los investigadores recolectarán información del fondo oceánico mediante sondas sísmicas y muestras de sedimento, a profundidades que varían entre los 500 y 4.000 metros, para identificar posibles fugas de metano.
El metano, un gas de efecto invernadero que contribuye entre 20 y 40 veces más al calentamiento global que el dióxido de carbono (CO2), se depositó de forma considerable en el lecho marino antártico durante el último periodo glaciar, hace aproximadamente 20.000 años. Las fugas que investigará el equipo español están relacionadas con la respuesta de los depósitos de metano sólido al retroceso de los glaciares.
Se sabe que la pérdida de masa de hielo en el continente lleva a un levantamiento del suelo. En la zona marina, este levantamiento favorece la liberación de gas al disminuir la profundidad y, por lo tanto, la presión efectiva sobre el fondo. Según el CSIC, este fenómeno podría influir en la estabilidad del lecho marino y tener repercusiones significativas en el clima global.
Los hidratos de metano, compuestos sólidos y cristalinos similares al hielo que se forman a altas presiones y bajas temperaturas, son especialmente sensibles a los cambios asociados al calentamiento global. Este fenómeno eleva la temperatura del océano y provoca el levantamiento del fondo marino, reduciendo la presión y afectando la estabilidad de estos hidratos. Además de su impacto en el calentamiento global, también pueden desencadenar grandes deslizamientos del fondo y potencialmente generar tsunamis.
Los directores del proyecto, los geólogos Roger Urgeles (ICM-CSIC) y Ricardo León (IGME-CSIC), subrayan la relevancia de ICEFLAME y su contribución al entendimiento de las implicaciones del metano en la crisis climática y la geología marina. Según estimaciones, existen alrededor de 24 gigatoneladas de carbono en hidratos de metano, equivalentes a dos años de emisiones de CO2 de origen humano a nivel global. “Desconocemos su estado actual, por lo que buscamos determinar si el metano helado se está transformando en gas metano“, explican.
Según León, los hallazgos de ICEFLAME no solo aportarán a la ciencia climática, sino que también ayudarán a entender los riesgos geológicos y ambientales asociados a estos depósitos de metano, añadiendo valiosa información sobre su estabilidad, un aspecto hasta ahora poco investigado.