El lunes 16 de octubre, un comunicado de prensa del Parlamento Europeo anunció la adopción, en comisión del proyecto de reglamento destinado a prohibir en el mercado de la UE los productos fabricados mediante trabajo forzoso.
La eurodiputada Maria-Manuel Leitão-Marques (S&D, PT) se congratuló de que no se emitiera ningún voto en contra del texto enmendado. “27,6 millones de trabajadores en todo el mundo sufren trabajo forzoso, una forma de esclavitud moderna – debemos dedicarles esta victoria. Hemos conseguido que los productos fabricados con trabajo forzoso prohibidos en el mercado nacional hasta que los trabajadores sean compensados por el compensados por el daño que se les ha causado”.
La Comisión Europea quiere “establecer un marco para investigar el uso de trabajo forzoso en las cadenas de suministro de las empresas. Si se demuestra que una empresa ha recurrido al trabajo forzoso todas las importaciones y exportaciones de bienes relacionados se detendrán en las fronteras de la UE y las empresas también tendrán que retirar los productos que ya estén en el mercado europeo. Estos se donarán, reciclarán o destruirán”, dice el comunicado de prensa.
Los eurodiputados modificaron la propuesta de la Comisión para:
El texto modificado debería aprobarse en el pleno del Parlamento Europeo a principios de noviembre (durante la sesión plenaria de los días 8 y 9 de noviembre). Salvo objeciones debería convertirse en la posición oficial que el Parlamento defenderá en el Parlamento defenderá en el diálogo tripartito, durante sus próximas negociaciones con la Comisión y el Consejo de la UE.
¿Podrían estas negociaciones iniciarse a finales de año? Es difícil en este momento, ya que el proyecto de texto de la Comisión está siendo examinado artículo por artículo por el Consejo de la UE.