La Comisión Europea ha publicado nuevas herramientas destinadas a la gestión de riesgos y la planificación estratégica para mejorar la capacidad de la Unión Europea en la lucha contra las sequías y la escasez de agua.
Estas dos herramientas, la “base de datos europea sobre el impacto de la sequía“ (que estará disponible próximamente) y el “Atlas europeo de riesgo de sequía“, forman parte de la estrategia para promover acciones en materia de agua a nivel europeo y se integrarán en Copernicus, el Observatorio Europeo de la Sequía.
Estas herramientas ayudarán a las autoridades a prever y gestionar los riesgos en caso de sequía y escasez de agua a nivel europeo, nacional y local.
Las previsiones del Atlas europeo del riesgo de sequía muestran un aumento considerable de los riesgos de sequía en las próximas décadas. Aunque las diferentes regiones serán afectadas de manera diversa, se espera que el impacto sea generalizado en toda la UE.
Con el cambio climático, se prevé un aumento en la frecuencia e intensidad de las precipitaciones, lo que podría empeorar la escasez de agua en distintas zonas de Europa. Esto, a su vez, puede reducir significativamente los rendimientos de cultivos específicos. Además, se espera que el suministro de agua público, incluyendo el abastecimiento de agua potable, se vea afectado en varias regiones del continente.
En el sector de la energía, la disminución de los niveles de agua en los ríos, que se calentarán más, dificultará la refrigeración de las centrales nucleares. Asimismo, la producción de energía hidroeléctrica se verá gravemente afectada en algunas partes de Europa debido a la sequía. La navegación interior también enfrentará presiones elevadas e incluso aumentará en ciertas regiones.
Además, la naturaleza se verá gravemente afectada por la escasez de agua y las sequías. Se proyecta que la salud de los ecosistemas acuáticos y terrestres sufra un impacto negativo significativo.