Se calcula que 14.000 empresas de todo el mundo en más de 100 países -entre 3.000 y 4.000 empresas en la UE- utilizan las normas de la Global Reporting Initiative (GRI) para elaborar informes de sostenibilidad.
Hablamos con Abrial Gilbert-d’Halluin, Director de la UE y Compromiso del GRI, sobre esta herramienta y otros futuros proyectos conjuntos.
La presentación de este índice se inscribe en un proceso de cooperación entre el EFRAG -grupo consultivo que emite recomendaciones sobre las normas de sostenibilidad derivadas del CSRD- y el GRI -organismo que define las normas internacionales desde hace varias décadas [el GRI se creó en 1997 con un mandato preciso: elaborar normas internacionales sobre el impacto de las empresas en el medio ambiente y en los derechos sociales y humanos, nota del editor].
Las normas del EFRAG ya han asumido en gran medida las del GRI. Aunque la estructura difiere, el contenido de las normas es muy similar. El verano pasado, se hizo una declaración política sobre el altísimo nivel de convergencia entre las normas del GRI y las del EFRAG (tras comparar los puntos de datos definidos por estas normas).
A finales de noviembre, en un memorando de entendimiento, ambos organismos reiteraron su deseo de trabajar juntos en el futuro de las normas dentro de la UE y de garantizar un alto nivel de interoperabilidad entre ellas, con el fin de evitar la doble presentación de informes por parte de las empresas a escala internacional. Han identificado siete áreas de cooperación, incluida la producción de herramientas de interoperabilidad, como el índice de interoperabilidad recientemente adoptado y una próxima tabla de concordancias.
Este índice de interoperabilidad presenta, en forma de tabla, las obligaciones de información comunes al EFRAG y al GRI. Hay que tener en cuenta que el GRI tiene muchas más normas de información (puntos de datos) que la UE (que actualmente tiene doce normas).
El GRI está trabajando en ella y se dará a conocer a finales de año. Detallará la interoperabilidad de cada uno de los puntos de datos y permitirá transmitirlos en formato digital (mediante un sistema de etiquetado digital). Contendrá más de 1.000 puntos de datos que establecerán un nivel de proximidad muy elevado con los del EFRAG. Constituirán la base de la colaboración técnica para crear una taxonomía digital común. Esto permitirá que las dos normas sean totalmente reversibles.
En breve se publicará en formato Excel, lo que facilitará mucho su uso a las empresas.
La herramienta permitirá a las empresas realizar su propio análisis de carencias. Podrán ver en qué medida los informes que elaboran conforme a las normas GRI se traducen en informes conforme a las normas ESRS, y viceversa. La reciprocidad es un elemento importante y está en consonancia con la CSRD, que especifica que debe evitarse la doble presentación de informes.
Actualmente, cuando una empresa informa de acuerdo con las normas GRI, tiene dos formas de hacerlo. O bien lo hace “por referencia”: la empresa declara que aplica un determinado número de normas pero que no las cumple todas. O, por el contrario, el informe es exhaustivo, y la empresa está entonces “de acuerdo” con el GRI. Algunas empresas ya elaboran informes GRI que presentan alrededor del 50% de los datos incluidos en el ESRS.
Con el índice y la tabla de concordancia, en cuanto una empresa cumple todos los requisitos del ESRS, su informe también puede presentarse como conforme con el GRI “por referencia”.
Además, el GRI es una norma mundial voluntaria. Por tanto, es muy probable que la empresa comunique más datos GRI que en el pasado. El GRI exige a las empresas que publiquen un índice de todos los datos utilizados en su informe. Este índice es el que se ha utilizado como base para la herramienta de interoperabilidad ESRS-GRI.
En algunas jurisdicciones, la norma GRI se ha convertido en obligatoria, como en Taiwán (para las empresas que cotizan en bolsa). En Singapur, el 99% de las empresas que cotizan en bolsa también utilizan las normas GRI. En Colombia, la norma GRI va a ser obligatoria, como parte de una obligación de transparencia basada en la doble materialidad.
La cooperación entre los dos organismos también tiene como objetivo producir una herramienta de taxonomía digital basada en la futura tabla de concordancias. Se establecerá un programa de trabajo conjunto con plazos. En cualquier caso, el EFRAG debe presentar todas sus recomendaciones sobre taxonomía digital antes de 2026.
También estamos cooperando en futuras normas: las específicas para diferentes sectores, las dirigidas a las PYME y las dirigidas a empresas no europeas. También colaboraremos en la formación y certificación de las dos normas dentro de la UE.