Los 27 han aprobado la ley de restauración de la naturaleza, comprometiéndose a recuperar al menos el 20% de las áreas terrestres y marinas para 2030.
La adopción de esta legislación se produce tras meses de estancamiento en el Consejo y gracias al cambio de postura de Austria, que finalmente ha respaldado la normativa.
La primera ley europea de biodiversidad ha sido aprobada con el apoyo de 20 Estados miembros, la abstención de Bélgica y la oposición de Finlandia, Italia, Hungría, Países Bajos, Polonia y Suecia, quienes argumentaron el alto coste y el posible impacto en el sector agrícola.
El reglamento, acordado por el Consejo y el Parlamento Europeo en noviembre de 2023, requería la aprobación final de los Estados miembros. Fue aprobado por el pleno de la Eurocámara en febrero, tras un ajustado voto y se ha convertido en un símbolo de la división entre los defensores del Pacto Verde y del sector agrícola.
La votación era el último paso para que la ley entrara en vigor. El cambio de postura de Austria, anunciado en las redes sociales por su ministra de Medio Ambiente, Leonore Gewessler, ha inclinado la balanza a favor de la aprobación.
La adopción de la ley ha sido aplaudida por los defensores del Pacto Verde de Bruselas, incluyendo a Terry Reintke, presidente del grupo de los Verdes en la Eurocámara, quien calificó el fin del bloqueo de la ley como “crucial” para alcanzar el objetivo climático de París. Por su parte, Greenpeace también ha celebrado la noticia, describiéndola como un “rayo de esperanza” para la naturaleza de Europa, las generaciones futuras y las comunidades rurales.