Es crucial que las corporaciones conscientes del cambio climático inicien su compromiso ambiental evaluando y cuantificando las emisiones de gases de efecto invernadero que producen. Una vez determinada su huella de carbono, deben implementar estrategias para su reducción.
Esto puede incluir la transición a energías renovables, el uso de vehículos con tecnologías limpias, la reducción del uso de papel y plástico, la instalación de iluminación eficiente como la LED, limitar viajes en transporte contaminante y reemplazarlos por videoconferencias cuando sea posible.
Adicionalmente, se pueden adoptar medidas para compensar las emisiones producidas, tal como la reforestación con especies de árboles que absorban carbono en proporción equivalente o inversiones en proyectos de eficiencia energética y gestión de residuos para evitar emisiones futuras.
Las grandes cadenas de suministro son responsables de la mayoría de las emisiones de efecto invernadero a nivel global, por lo que es vital abordar su descarbonización. Esto implica fomentar la economía circular, actualizar los procedimientos de producción y optar por un transporte más verde, mediante el uso de combustibles sin emisiones como la electricidad o el hidrógeno.
Las empresas deben seleccionar a proveedores comprometidos con prácticas sostenibles y enfocarse en reconfigurar sus operaciones, revisar la logística de su red de suministro y alentar la comercialización de productos que sean amigables con el ambiente.
El compromiso con la sostenibilidad debe ser integral en todas las áreas de una empresa, integrándose en su estrategia corporativa para contribuir al ODS 13: Acción por el Clima. Esto implica hacer un estudio de impacto para entender en qué frentes la empresa puede ser más influyente.
Ser una empresa sostenible conlleva ventajas como mayor eficiencia y productividad, mejor imagen ante consumidores e inversionistas y un mayor atractivo en el mercado.
La tecnología es una aliada fundamental en la búsqueda de la sostenibilidad. Gracias a ella, contamos con vehículos más limpios, un uso más eficiente de la energía, materiales más respetuosos con el entorno y el reciclaje de recursos. Sin un firme apoyo a la innovación, la transición hacia una economía de cero emisiones sería inviable.
La digitalización y automatización internas pueden mejorar sustancialmente la eficacia organizativa. Existen herramientas digitales que facilitan la planificación de políticas sostenibles, el seguimiento de acciones y la comunicación de impactos, incrementando así la transparencia ante los stakeholders.
Las empresas tienen la obligación de ejercer liderazgo ambiental y fomentar la concienciación sobre el cambio climático en la sociedad. Esto se puede lograr iniciando campañas que eduquen y movilicen a la comunidad sobre los retos ambientales que enfrentamos.
Estas campañas deben involucrar activamente a todos los stakeholders de la empresa, como trabajadores, clientes, suministradores e inversores, con el fin de construir comunidades comprometidas con la sostenibilidad y alinear esfuerzos hacia un impacto positivo global en el medio ambiente.