El Pacto verde europeo (European green deal) representa un paquete de políticas que compromete activamente a los países que forman parte de la Unión Europea para fomentar un cambio hacia la sostenibilidad ambiental.
Esta hoja de ruta se apoya en los compromisos estipulados en el Acuerdo de París de 2015, el cual establece como meta conjunta de sus signatarios mantener el incremento de las temperaturas globales por debajo de los 2 grados centígrados comparado con los niveles preindustriales.
Europa se empeña en lograr la neutralidad de carbono y ha lanzado el Green Deal como una estrategia clave para aproximar a sus miembros a este objetivo todavía distante.
El Pacto Verde Europeo (European Green Deal) es una iniciativa de la Unión Europea con el objetivo de hacer de Europa el primer continente climáticamente neutro para 2050. Las metas principales incluyen:
Estas metas representan un esfuerzo integral para abordar el cambio climático, proteger el medio ambiente y asegurar una economía sostenible y competitiva en Europa.
Como un nuevo paradigma de políticas, el Pacto incide en numerosos sectores, desde energía y agricultura hasta movilidad y edificaciones, enfatizando la importancia de proteger la biodiversidad y asegurar una transición justa e inclusiva.
Algunas de las estrategias que se llevan a cabo son las siguientes
Uno de los componentes cruciales del Pacto Verde Europeo es el conocido “Objetivo 55”, que pretende reducir las emisiones de la UE en al menos un 55% para 2030, en comparación con los niveles de 1990. Esta ambiciosa meta es un paso intermedio crucial en el camino hacia la neutralidad climática en 2050 y demanda una acción concertada y transformaciones estructurales en varias dimensiones de la economía europea.
Para alcanzar el “Objetivo 55”, se requiere una revisión y posible intensificación en el uso de las energías renovables, un aumento en la eficiencia energética y la implementación de políticas que faciliten la transición hacia una economía circular.
Además, se espera que el sector del transporte, uno de los mayores contribuyentes a las emisiones de la UE, experimente una transición significativa hacia vehículos de bajas emisiones y la implementación de infraestructura para combustibles alternativos.
Este pilar del Pacto Verde no solo busca reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, sino que también pretende fomentar la innovación y la competitividad de la industria europea, promover el empleo sostenible y asegurar un suministro energético seguro.
Como se ha comentado más arriba, la Estrategia “De la Granja a la Mesa” (From Farm to Fork) es otro componente vital del Pacto Verde Europeo, diseñado para transformar el sistema alimentario de Europa. La estrategia se concentra en hacer el sistema alimentario más sostenible y saludable en todos los eslabones de la cadena, desde la producción hasta el consumo.
Esta estrategia busca:
– Reducir la huella ambiental y climática de la producción de alimentos, fomentando prácticas agrícolas más sostenibles y el uso eficiente de los recursos.
– Garantizar la sostenibilidad del pescado y productos del mar mediante la promoción de la acuicultura y pesca sostenibles.
– Reducir el uso y el riesgo de pesticidas en un 50% para 2030, así como la disminución del uso de fertilizantes y la promoción de fertilizantes orgánicos y de bajo impacto.
– Estimular el desarrollo de sistemas alimentarios orgánicos y otras prácticas agrícolas que respeten la biodiversidad.
– Combatir el desperdicio de alimentos y promover la reutilización y reciclaje de materiales en la industria alimentaria.
La estrategia “De la Granja a la Mesa” está intrínsecamente relacionada con el Objetivo 55, ya que la producción y el consumo de alimentos son responsables de una importante proporción de las emisiones de gases de efecto invernadero. Al moverse hacia sistemas alimentarios más sostenibles, se puede reducir significativamente la contribución del sector a la crisis climática.
El objetivo primordial del Green Deal Europeo reside en alcanzar metas ambientales y frenar el cambio climático; sin embargo, su implementación ofrece múltiples beneficios para Europa, sus sistemas económicos y residentes.
Destacan los siguientes:
En esencia, y este aspecto es fundamental, avance económico, oportunidades laborales y expectativas prometedoras para las futuras generaciones, siempre y cuando Europa se posicione como líder en las tecnologías sostenibles.
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