A pesar de los aspectos positivos destacados, como el ligero descenso de las emisiones de gases de efecto invernadero (Alcance 1) y el significativo aumento del consumo de energías renovables, su análisis general es crítico con el papel del sector privado en la resolución de los problemas medioambientales.
El informe señala que, de las 23.000 empresas participantes, sólo 140 informaron sobre todos los parámetros de impacto negativo que deben controlarse de acuerdo con el CDP. Esto pone de manifiesto un problema generalizado: muchas empresas minimizan o incluso infra declaran sus impactos ambientales.
Además, el informe destaca que el consumo de energía no ha disminuido desde 2020, lo que pone de manifiesto una falta de esfuerzo en este ámbito crucial. El informe vincula estas conclusiones a una falta significativa de informes exhaustivos e iniciativas ambiciosas en todos los sectores.
Las recomendaciones del informe para las empresas son las siguientes:
En resumen, este informe es un llamamiento a la acción urgente por parte de empresas, instituciones financieras y responsables políticos, que subraya la necesidad imperiosa de redoblar los esfuerzos para reducir el impacto ambiental de las actividades empresariales.