La Directiva R2R pretende facilitar a los consumidores el acceso a los servicios de reparación, promoviendo un proceso más rápido, transparente y accesible.
Entre los puntos destacados del acuerdo:
Impondrá a los fabricantes de determinados productos la obligación de repararlos (en esta fase se trata de lavadoras, lavavajillas, frigoríficos o aspiradoras), “a menos que el servicio se preste de forma gratuita, también a un precio razonable, para animar a los consumidores a optar por la reparación”. Sin embargo, el acuerdo también mantiene el derecho de los consumidores a elegir entre la reparación y la sustitución de los productos defectuosos durante el periodo de responsabilidad del vendedor incluido en la garantía. Si el consumidor opta por la reparación del producto, el periodo de responsabilidad del vendedor se ampliará en doce meses a partir de la fecha de puesta en conformidad del producto”, señala el comunicado de prensa.
A partir de ahora, los fabricantes tendrán que poner las piezas de recambio a disposición de todos los agentes del sector de la reparación, a precios razonables.
El compromiso prohibirá las prácticas que “impidan a los reparadores independientes utilizar piezas de recambio de segunda mano o impresas en 3D”.
Preverá la creación de un formulario europeo de información que proporcione gratuitamente a los consumidores datos esenciales sobre los servicios de reparación.
El acuerdo provisional abarca todos los productos sujetos a obligaciones de reparabilidad con arreglo a la legislación de la UE. No obstante, la Comisión estará autorizada a establecer requisitos de reparabilidad para nuevos productos, a posteriori, gracias al Reglamento sobre diseño ecológico. Estos productos se incluirán entonces en la lista de productos cubiertos por la Directiva sobre el derecho a reparación.
Este acuerdo es provisional y debe de ser adoptado formalmente por las dos instituciones.