Avanza el debate legislativo sobre la llamada directiva de las «etiquetas ecológicas». Podría imponer nuevas normas a todas las empresas que exhiban una etiqueta ecológica o de bajas emisiones de carbono en sus productos y servicios. El texto europeo, que aún no se ha ultimado, deberá transponerse en los países de la UE en un plazo de 2 años. En este momento, ¿qué prevé esta futura directiva y en qué fase se encuentra el proceso legislativo?
El 17 de junio de 2024, el Consejo adoptó su «orientación general» sobre la directiva de «alegaciones verdes». El objetivo es combatir el «lavado verde» y ayudar a los consumidores a tomar decisiones más ecológicas a la hora de comprar productos o servicios.
Un estudio realizado en 2020 reveló que más de la mitad de las alegaciones medioambientales -declaraciones escritas u orales sobre las cualidades de un producto o servicio- son «vagas, engañosas o infundadas». Para informar y orientar mejor a los consumidores, el texto pretende que estas declaraciones medioambientales sean «fiables, comparables y verificables», además de interesarse por las etiquetas ecológicas, como señala el comunicado de prensa del Consejo.
Para lograrlo, la directiva prevé actualmente:
– Establecimiento de requisitos mínimos: las empresas tendrán que utilizar criterios claros y las pruebas científicas más recientes para justificar sus alegaciones y etiquetas.
– Obligación de que las alegaciones y etiquetas medioambientales sean «claras y fácilmente comprensibles». Para ello, se prevé una referencia específica a las características medioambientales que contemplan, como la sostenibilidad, la reciclabilidad o la biodiversidad.
– Verificación por terceros expertos independientes de todas las declaraciones ecológicas antes de su publicación.
– Un procedimiento simplificado para eximir de la verificación por terceros a determinados tipos de alegaciones ecológicas. Las empresas que cumplan los requisitos tendrán que demostrar su conformidad con las nuevas normas cumplimentando un documento técnico antes de hacer pública la declaración.
Otro punto importante es que los sistemas de etiqueta ecológica EN ISO 14024 Tipo I, reconocidos oficialmente en un Estado miembro, quedarán exentos de verificación para todo el mercado de la UE.
Las microempresas tendrán que cumplir la verificación, pero dispondrán de 14 meses más que las demás empresas para adaptarse a estas normas. Se prevén medidas de apoyo – directrices, herramientas, ayuda financiera y formación – para ayudar a las PYME y a las microempresas, en particular a los agricultores, a reducir la carga administrativa que conlleva este texto.
El enfoque general también impone nuevos requisitos para probar las reclamaciones climáticas, incluidas las basadas en créditos de carbono. En particular, las empresas tendrán que facilitar información detallada sobre el tipo y la cantidad de créditos de carbono utilizados. La posición del Consejo distingue entre las denominadas declaraciones de contribución, cuyo objetivo es apoyar la acción por el clima, y las declaraciones de compensación, que pretenden compensar parte de las emisiones.
El planteamiento general del Consejo servirá de base para las negociaciones con el Parlamento Europeo. Estos debates comenzarán durante el próximo ciclo legislativo.