El 27 de junio de 2024, el Collège des directeurs du développement durable (C3D) dio a conocer los resultados de una encuesta realizada a 85 representantes de empresas entre febrero y marzo de 2024, que abarca los primeros meses de aplicación de la Directiva sobre informes de sostenibilidad de las empresas (CSRD). He aquí los puntos clave del informe.
Poner las cosas en perspectiva «La muestra que ha respondido a la encuesta tiene capacidad para aplicar esta nueva normativa europea. Esta muestra representa a las primeras empresas afectadas, es decir, las de mayor tamaño y, por tanto, con capacidad para procesar y analizar este alto nivel de complejidad. Están en condiciones de movilizar a expertos y aprovechar las asociaciones profesionales para llevar a cabo su trabajo. Hay que decir que el nivel de movilización es muy elevado y que el nivel de anticipación es alto para hacer frente a este nuevo ejercicio reglamentario», señala el estudio en su introducción.
Pero incluso para las empresas más grandes, la aplicación de la DSRSC representa un reto importante, con implicaciones a varios niveles. Los equipos de RSE están muy implicados (58%) y, en el 20% de los casos, el proyecto se co-pilota con otro departamento.
Destaca la supervisión directa del futuro informe de sostenibilidad por parte de la Dirección General: el 67% de los encuestados indica que la Dirección General participa activamente en los trabajos de puesta en marcha del CSRD.
El proyecto genera una importante carga de trabajo adicional, estimada entre 1 y 2 equivalentes a tiempo completo (ETC). Además, las empresas tienen que movilizar a socios externos: el 90% de las empresas que respondieron optaron por el apoyo externo, ya fuera para la totalidad o para una parte de su proyecto. Para la mitad de las empresas que respondieron, esta ayuda requiere un presupuesto de entre 50.000 y 200.000 euros. En el 11% de los casos, puede ascender a más de 600.000 euros.
El estudio revela que el 65% de los encuestados cree que está cumpliendo los plazos para implantar el CSRD, aunque el 21% considera que va retrasado y sólo el 3% cree que va adelantado. La creación de una doble matriz de materialidad avanza, y el 57% de los encuestados ya dispone de una primera versión. Sin embargo, sólo el 28% ha finalizado su análisis de riesgos detallado, y casi dos tercios aún no han terminado de «digerir» los textos relativos a la CSRD.
En términos de ambición, la CSRD es bien acogida: el 72% de los encuestados la considera muy importante, y tres cuartas partes piensan que esta nueva normativa es un paso en la buena dirección. Es más, el 70% de las empresas ven en la CSRD un catalizador para la transformación de su negocio. En el lado negativo, sin embargo, más de la mitad de los encuestados cree que esta directiva aún no ha cambiado la forma en que otros departamentos ven las cuestiones ASG.
Para hacer frente a los nuevos retos, las empresas reconocen la necesidad de ampliar sus equipos. A corto plazo, un tercio de los encuestados no tiene previsto contratar personal, pero casi dos tercios tienen previsto añadir uno o dos recursos adicionales, como mínimo, a su departamento de RSE. Según una cuarta parte de los encuestados, el principal objetivo de esta contratación es reforzar el proceso de recopilación de datos no financieros.
Sin embargo, tres cuartas partes de los encuestados consideran que la recogida de datos no financieros debería correr a cargo de un departamento distinto del de RSE, como el financiero, por ejemplo.
Y en lo que respecta a la recopilación de datos, pronto llegará el momento de cambiar: más de dos tercios de los encuestados ya esperan cambiar sus herramientas de recopilación de datos en los próximos dos años…