Este martes, los ministros de Medio Ambiente de la Unión Europea (UE) han llegado a un acuerdo sobre nuevas regulaciones destinadas a prevenir la contaminación por pélets de plástico, similares a la ocurrida en las costas gallegas en enero pasado. Este incidente impulsó que España presionara por la inclusión del sector marítimo en la normativa, un aspecto ausente en la propuesta inicial de la Comisión Europea.
Este consenso proporciona un mandato a los 27 miembros de la UE para negociar con el Parlamento Europeo, que ya adoptó su posición en abril, sobre la versión final de la ley. Las negociaciones comenzarán durante la presidencia polaca del Consejo, en el primer semestre de 2025.
Las regulaciones propuestas se aplicarán a todas las entidades económicas que hayan manejado más de cinco toneladas de pélets de plástico en la UE, incluyendo a los transportistas de países terceros. Además, la normativa abarca a las empresas encargadas de la limpieza de contenedores y cisternas de pélets de plástico, así como a los expedidores, operadores, agentes y capitanes de barcos internacionales que parten o hacen escala en un puerto de un Estado miembro.
Con estas medidas, se establecen responsabilidades para todos los buques que transportan pélets de plástico en la UE, en línea con las recomendaciones de la Organización Marítima Internacional (OMI).
Una vez aprobada la norma, los transportistas tanto de la UE como de terceros países estarán obligados a prevenir y limpiar los derrames de pélets de plástico, así como a informar a las autoridades de su establecimiento y su participación en el transporte de pélets plásticos.
Para garantizar el cumplimiento de estas obligaciones y mantener condiciones de competencia justas, el Consejo ha introducido la necesidad de que los transportistas de fuera de la UE designen un representante autorizado en la UE. Esta modificación no ha convencido a la nueva comisaria europea de Medio Ambiente, Jessika Roswall, que ve inviable esta medida debido a la carga administrativa que implica.
El Consejo también ha añadido la obligación de proporcionar información sobre el transporte, empaquetamiento de calidad y sistemas de carga segura de estos materiales, complementando las normas relacionadas con el transporte por carretera, ferrocarril y vías navegables interiores, tal como se establece en la propuesta de la Comisión.
Además, para facilitar el cumplimiento de las normas aplicables al transporte marítimo, el Consejo ha acordado aplazar su aplicación 36 meses desde la entrada en vigor del reglamento, dando un año adicional en comparación con las demás disposiciones, que entrarán en vigor 24 meses después.
Con respecto a las inspecciones y certificaciones, las nuevas normas estipulan que las autoridades nacionales deben realizar inspecciones ambientales y adoptar otras medidas de verificación como parte de un enfoque basado en el riesgo. Los operadores de mayor tamaño deberán obtener un certificado de conformidad emitido por terceros independientes.
Todas las empresas, con la excepción de las microempresas, estarán sujetas a esta obligación si manejan más de 1.000 toneladas al año de pélets de plástico. Los 27 miembros de la UE han otorgado un periodo de transición de cuatro años a las pequeñas y medianas empresas (PYMEs) para cumplir con estas normas.
Por otro lado, las empresas que manejen menos de 1.000 toneladas al año deberán emitir una declaración responsable. El Consejo también ha propuesto que los Estados miembros puedan garantizar el cumplimiento de estas normas a través de los sistemas nacionales de permisos ya existentes, como alternativa.