Varias organizaciones ecologistas, como Amigos de la Tierra, ClientEarth, Ecologistas en Acción, Greenpeace, Oceana, SEO/BirdLife y WWF, han hecho un llamado a la Comisión Europea, al Parlamento Europeo y al Consejo Europeo para que negocien un reglamento de restauración de la naturaleza “efectivo“ y “ambicioso“. El objetivo de este reglamento es frenar la crisis climática y de biodiversidad y garantizar un buen estado de conservación de los ecosistemas.
Las organizaciones están preocupadas por la posible reducción de la ambición del texto original propuesto por la Comisión Europea por parte del Parlamento Europeo y del Consejo de la UE. Por lo tanto, consideran que es esencial que el reglamento abarque la restauración de los ecosistemas agrícolas y las turberas drenadas, tal como se indica en el artículo 9, y que el artículo 14a incluya la restauración de los ecosistemas marinos. También es importante que haya coherencia entre el Reglamento de Restauración de la Naturaleza y la Política Pesquera Común.
Otro aspecto clave en las negociaciones es el art. 22 bis, que se refiere a un “freno regulatorio de emergencia” que permitiría suspender temporalmente el reglamento en casos de fuerza mayor. Las organizaciones temen que este artículo pueda hacer que la ley sea inútil, ya que la obligación de garantizar un buen estado de conservación de los hábitats y restaurarlos si es necesario ya está establecida en la legislación europea.
Por lo tanto, instan a la Presidencia Española del Consejo de la Unión a garantizar que el texto final refleje al menos el nivel de ambición del Consejo en un principio y que resista a las presiones del Parlamento Europeo. En particular, piden que los ecosistemas agrícolas no queden excluidos del reglamento y que se acuerde un marco de financiación para garantizar su plena implementación.
Las ONG consideran que este es un momento crucial para la UE y España y piden un apoyo decidido a un reglamento ambicioso en las negociaciones, para que su aprobación sea un hito histórico en la protección del medio ambiente y beneficie a sectores económicos fundamentales como la agricultura, la pesca, el turismo y la industria.
Para las organizaciones ecologistas, la restauración de la naturaleza no es solo un gasto, sino una inversión estratégica que ha demostrado generar importantes beneficios. Mejora la calidad del aire y del agua, fortalece la resiliencia ante desastres naturales y promueve la biodiversidad, lo que a su vez contribuye a la seguridad alimentaria y el bienestar de las comunidades.
Por último, enfatizan en que cada euro invertido en la restauración de la naturaleza no solo es una inversión en un futuro más saludable y sostenible, sino que también genera importantes retornos económicos que impactan positivamente en la sociedad y la economía. Estos retornos son aún mayores cuando se combinan con medidas adecuadas de conservación y gestión sostenible.