Según el último informe de seguimiento del 8º PMA publicado por la Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA), la UE está solo parcialmente bien encaminada para cumplir sus objetivos. Se necesitan medidas «decisivas» para estimular la economía circular, invertir el declive de la biodiversidad y reducir la huella de consumo de la UE.
La Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA) informa anualmente sobre los progresos realizados en la consecución de los objetivos del 8º PMA, basándose en 28 indicadores. El primer informe se publicó en 2023.
El 8º PMA incluye un objetivo prioritario a largo plazo: «vivir bien dentro de los límites del planeta para 2050». Incluye 6 objetivos y se basa, en particular, en el Pacto Verde Europeo.
El informe revela que la mayoría de los indicadores no van por buen camino para cumplir los objetivos de la UE.
Según el informe, el estado de avance de los indicadores es el siguiente:
Desde el informe 2023 publicado por la AEMA, el progreso en un solo indicador ha mejorado: se trata de la reducción del consumo de energía de la UE. Las recientes reducciones se consideran «prometedoras».
El primer indicador que no se alcanzará en 2030 se refiere al aumento de la absorción neta de gases de efecto invernadero (GEI) por los sumideros de carbono. A pesar de que este aumento fue significativo en 2023, la tendencia de los últimos diez años sigue siendo insuficiente y las políticas actuales de la UE no permitirán alcanzar este objetivo.
En cuanto a los indicadores sobre el aumento del uso de materiales circulares y el cultivo de tierras agrícolas ecológicas, lo que frena el progreso es la magnitud del cambio necesario. De hecho, es necesaria una profunda transformación de los sistemas para que estos indicadores tengan posibilidades de alcanzar su objetivo.
Asimismo, en lo que respecta a la huella medioambiental del consumo de la UE, existe un consenso en la comunidad científica y política de que la UE no reducirá su huella lo suficiente en los próximos años.
En general, el informe concluye que los resultados de los indicadores sobre «presiones medioambientales y climáticas relacionadas con la producción y el consumo de la UE» son los más preocupantes. Por ejemplo, es probable que la UE no esté en vías de reducir las pérdidas de nutrientes en las aguas subterráneas de aquí a 2030, debido sobre todo a las prácticas agrícolas.
La UE también destaca las importantes pérdidas económicas futuras debidas a las inundaciones costeras, que por sí solas podrían superar el billón de euros anuales en la UE si no se toman nuevas medidas.
El informe destaca la eficacia de las políticas de la UE en materia de aire, clima y energía para reducir las muertes prematuras causadas por las partículas finas. Si estas políticas se aplican correctamente, debería alcanzarse el objetivo de reducción. Sin embargo, el informe señala que en 2022 se registraron en la UE 239.000 muertes prematuras atribuibles a las partículas finas.
El indicador sobre el aumento del gasto de los hogares, las empresas y los gobiernos también va por buen camino: los recursos asignados al medio ambiente y a la ecoinnovación están aumentando, por ejemplo con el instrumento financiero denominado «Mecanismo de recuperación y recuperación de la UE».
Además, según el informe, los Planes Nacionales de Energía y Clima (NECP) y el paquete «fit for 55» permiten prever una posible consecución del objetivo de reducción de GEI.
El informe es, por tanto, mixto y muestra la necesidad de tomar medidas decisivas: «Esto significa una aplicación más audaz de la legislación vigente, medidas adicionales cuando sean necesarias y una garantía de financiación suficiente para alcanzar nuestros objetivos en materia de clima, medio ambiente y sostenibilidad», afirma Leena Ylä-Mononen, Directora Ejecutiva de la AEMA.